viernes, 31 de julio de 2009


Sol, Luna y Tierra

La noche pugnaba por el cielo, palideciendo los colores anaranjados y rojos y tornábalos dorados luminosos. Poco a poco extendía su negro manto, pero vio al gallardo sol y corrió a su encuentro antes de su ocaso, sus dardos la penetraron enamorándola.

Mas tarde se sintió sola, y de su capa sacaba estrellas que en el cielo bordaba, pero no se bastaba a su soledad, y entonces nació el fruto de su amor y al verla tan bella y redonda, Luna la llamó y tal parecía pálido reflejo del sol, y que jugara en su regazo la colmaba de felicidad, alcanzó tal esplendor y belleza, que cielo y tierra fueron un clamor, oyó el Sol la algazara, y queriendo ver la maravilla, alzóse remangando los faldones de la noche, rindióse a su dulzura, pero a su cegadora luz, la noche huyó llevándose de la mano a su hija. El Sol cantaba su dicha y alegría y dejó a su carro de fuego el destino del dia, pero después de alcanzar el cénit, sintió ganas de volverla a ver y fue languideciendo y avanzando a la tarde, donde la noche le venció y volvió a lucir la Luna; que después se hizo mas alegre y visitaba la noche y el día.